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¿Cómo nos planteamos la adaptación al cambio climático en España?

21 DIC 2020
¿Cómo nos planteamos la adaptación al cambio climático en España?

La adaptación al cambio climático es ya una realidad en España

Nos guste o no, somos una de las regiones donde más estamos notando el cambio del clima. Por ello es necesario elaborar un plan de adaptación para minimizar el impacto que tendrá sobre nosotros.

El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 es la herramienta de planificación con la que vamos a promover acciones coordinadas entre diferentes sectores de la sociedad para hacer frente a los efectos del cambio climático en nuestro país durante la próxima década. El plan propone involucrar tanto a las administraciones públicas como a las empresas privadas. Y por supuesto, a todo el conjunto de la sociedad. Y es que debemos tener presente no sólo que es un problema que nos afecta a todos. Sino que cada gesto a nivel individual suma a favor de todos.

El documento incluye 81 líneas de actuación en diferentes sectores entre los que destaca la salud, los recursos hídricos, la biodiversidad, la protección forestal, la lucha contra la desertización, la agricultura, la pesca, la ganadería y la alimentación. Además, se propone la necesidad de cambiar la manera de legislar en materia medioambiental. Es necesario planificar, presupuestar, gestionar e informar de una manera más eficiente. Los riesgos que conlleva el cambio climático en España requieren una respuesta rápida y contundente por parte de los políticos. Las ideologías pasan a un segundo plano, y es que como decimos, es un problema que nos une a todos.

Aspectos sociales para la adaptación al cambio climático en España

Los aspectos políticos y económicos son fundamentales para atajar nuestra adaptación al cambio climático. No podemos olvidar que los efectos del cambio climático son especialmente notables en la región del mediterráneo. Es necesario una legislación proteccionista con el medio ambiente y que trate de paliar en la medida de lo posible los efectos que iremos notando. Sin embargo, hay otras líneas de actuación, que van más allá, y que son igualmente necesarias. Por eso, este plan de acción que se está trazando, comprende otras líneas de acción que deben ser transversales a todos los ámbitos. Nos referimos a las siguientes:

- Vulnerabilidad territorial y social: los efectos que iremos notando, serán más fuertes en unas zonas que en otras. Por ello, es necesario realizar estudios geográficos que determinen los riesgos de cada zona. En consecuencia, habrá que implementar diferentes planes de adaptación. Además, hay que identificar a aquellos grupos sociales  más vulnerables a este cambio para desarrollar respuestas adecuadas.

- Más allá de nuestras fronteras: los efectos del cambio climático que sucedan fuera de nuestras fronteras, también nos afectan. Así que se hace necesario contemplar en nuestro plan identificar esas relaciones causa-efecto, y colaborar para mejorarlo. No podemos mirar hacia otro sitio. El clima no entiende de fronteras.

- Enfoque de género: diversos estudios establecen que el cambio climático no afectará igual a hombres que a mujeres, por lo que es necesario analizar esos datos y planificar teniendo en cuenta el factor de género. Además se propone fomentar el papel de la mujer como agente fundamental para el cambio.

- Prevención ante una mala adaptación: hay que evitar a toda costa que se produzca una mala adaptación de las ayudas públicas.

Anticiparse es la mejor respuesta de adaptación al cambio climático

Lo primero que tenemos que hacer para plantearnos cómo será nuestra adaptación al cambio climático es recabar toda la información que sea posible. Muchos de los efectos del calentamiento global son aún desconocidos e imprevisibles. Sin embargo, tenemos que centrarnos en lo que sí conocemos, a fin de elaborar el mejor plan de actuación posible. Los datos principales a tener en cuenta son los siguientes:
La temperatura media del territorio se ha elevado cerca de 2º desde la época preindustrial (casi el doble que en el resto del planeta).

El verano dura aproximadamente 5 semanas más que en la década de los años 80.

La extensión del territorio con un clima semi-árido ha aumentado más de 30.000 km cuadrados en las últimas dos décadas.

Analizando esta información, podemos prever hasta cierto punto a qué consecuencias podemos enfrentarnos si dejamos que esta dinámica siga su curso. Por ello, atajar esos problemas es la principal preocupación que deben tener los gobiernos. Y con esta información, anticiparse puede resultar algo más sencillo.

Sectores como la economía, la agricultura o el turismo dependen directamente del clima. Por no hablar de otros temas como la salud o la protección de la biodiversidad. Por ello, es clave tener un plan de actuación frente al cambio climático. Nuestro país plantea incorporar al patrimonio aspectos como el paisaje. El patrimonio natural es una de nuestras mayores riquezas y dependemos de ello para nuestra supervivencia. Los objetivos son evidentes. El plan se está trazando. Ahora falta que nos pongamos manos a la obra.

Las energías renovables son clave para frenar el cambio climático

La gran apuesta del gobierno español (y del mundo en general) para frenar el cambio climático, es la transformación de nuestro sistema energético. Necesitamos urgentemente sustituir la energía basada en combustibles fósiles por las renovables. Además, ya está estudiado y comprobado (sobre el papel) que esta transformación supondría la creación de muchos puestos de trabajo. Estaríamos hablando, pues, de un saneamiento de la economía, teniendo en cuenta que nos referimos en todo momento a una fuente inagotable.

Siempre se ha entendido este proceso como un trabajo a largo plazo. Sin embargo, la situación medioambiental ha empeorado en los últimos años. Tanto es así, que la ONU plantea la necesidad de que para el año 2050 las energías renovables supongan el 80% de la producción energética mundial.
No obstante, tras analizar la situación en España, podemos llegar a algunas conclusiones. Ni el país ni los ciudadanos están preparados para atajar este cambio en un corto periodo de tiempo. Por un lado, no tenemos la infraestructura necesaria, y además, las administraciones no terminan de apostar claramente por el cambio. Es necesario potenciar el consumo individual de energías limpias. Normalmente, el gobierno se involucra en grandes infraestructuras como parques eólicos, pero no fomenta ni facilita su uso individual. Esto hace que los ciudadanos no tomen conciencia de la importancia y la necesidad que tenemos de este cambio.

Esperemos que en un futuro próximo, esta situación cambie y podamos asistir a una aceleración del proceso de transformación energética.

España prepara su adaptación a los efectos del cambio climático.

Cómo nos planteamos la adaptación al cambio climático en España Las energías renovables son clave para frenar el cambio climático

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