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¿Qué es la biodiversidad y por qué debemos protegerla?

25 SEP 2020
¿Qué es la biodiversidad y por qué debemos protegerla?

La biodiversidad hace referencia a la variedad de organismos vivos que encontramos en los diferentes ecosistemas.

Al hablar de variedad, tenemos en cuenta tanto la diversidad dentro de una misma especie como entre diferentes especies. También entendemos como biodiversidad la manera en que esta va evolucionando y trasladándose de un lugar a otro.

Es necesario entender que este término es realmente amplio, ya que incluye a todos los organismos vivos. Desde seres microscópicos como las bacterias a plantas y animales. Por ese motivo, en la actualidad es prácticamente imposible definir al cien por cien la amplitud y cómo se reparten todo aquello que compone nuestra biodiversidad.

Esta diversidad de especies, consigue que los ecosistemas funcionen tal y cómo los conocemos, siendo imprescindibles para la existencia del ser humano. Sin los beneficios de estos ecosistemas, la vida no sería posible tal y como es. Algunos ejemplos de ello son la polinización de las plantas, la regulación del clima y el propio ciclo del agua. Todo ello se vería alterado si los ecosistemas dejaran de albergar la diversidad de especies que hay en la actualidad. Y eso, tendría graves consecuencias para todos nosotros. El informe planeta vivo 2020 pone de manifiesto la delicada situación de la diversidad de especies.

¿Cuáles son los peligros de la pérdida de biodiversidad?

La biodiversidad nos dota a los seres humanos de muchos beneficios imprescindibles para la vida. Uno de los peligros más evidentes y palpables ante la pérdida de diversidad de especies, es el aumento de la vulnerabilidad ante los desastres naturales. Pero desgraciadamente, no es el único. Ya hemos empezado a sufrir otras consecuencias en algunos países como el acceso a agua limpia y la pérdida de seguridad alimentaria.

Otra consecuencia negativa que encontramos es que esta alteración de los ecosistemas, también nos afecta en aspectos sociales y económicos. Por ejemplo, al alterar un ecosistema para conseguir aumentar la producción de alimentos o ganado en una determinada área, pueden acarrear que se utilice una gran cantidad de agua para ello que no estará disponible para otros usos. Las enfermedades son otra de las grandes preocupaciones de muchos científicos cuando se altera de forma tan drástica la naturaleza. Muchos aseguran que estamos ante el siglo de las pandemias.

El problema, es que estos aspectos quedan fuera de los mercados, ya que no son fácilmente valorables desde un punto de vista económico. No olvidemos, que dentro del mercado, importan los números. Por ello, no se tiene en cuenta como un valor activo dentro de esos ámbitos. En la actualidad, hay una tendencia de biólogos que tratan de traducir a nivel económico los impactos de la alteración de la naturaleza. Tal vez, de esa manera, se pueda llamar la atención de otros sectores.

Durante siglos, estos cambios afectaban especialmente a los países más pobres, ya que tenían una menor capacidad de adaptación. Sin embargo, la globalización ha traído que cada vez seamos más los que sufrimos las consecuencias, con independencia de factores como el económico.

¿Qué factores generan mayor pérdida de diversidad de especies?

La pérdida de biodiversidad y la destrucción de ecosistemas está aumentando a una velocidad preocupante. Influyen factores como la sobre-explotación de recursos, la contaminación o el cambio climático (este último causa y a la vez consecuencia). A estos factores (ya sean directamente producidos por la mano del hombre o no) se les llama generadores de cambio. Estos generadores tienden a potenciarse mutuamente, dando lugar a lo que comúnmente llamamos reacciones en cadena.

Sin duda el mayor generador de cambio que hay es la evolución de la especie humana. Nuestras actividades económicas y tecnológicas producen una mayor necesidad de recursos. Nuestra especie se acerca hoy a los 8 mil millones de individuos, lo que conlleva una producción letal para nuestro ecosistema si queremos seguir viviendo de la misma forma. El problema es que el precio a pagar es demasiado alto, ya que conlleva que pronto dejaremos de vivir de dicha manera. Suena paradójico, ya que para tener un beneficio destruimos algo que inevitablemente no nos permitirá disfrutar de dicho beneficio.

Hemos convertido los bosques en zonas de explotación ganadera y agrícola, variando el ecosistema terrestre drásticamente en poco tiempo. En el entorno marino, hemos hecho lo mismo con la pesca sin control.

A modo de conclusión, podemos afirmar que los principales factores que generan pérdida de biodiversidad son: la modificación del hábitat, la introducción de especies exósticas fuera de su entorno natural, la explotación de recursos y la contaminación de aire, tierra y agua.

Todo ello está derivando en el cambio climático, cuya repercusión será muy negativa y es todavía impredecible. Puede derivar en la desaparición de especies enteras (incluyendo la nuestra). En cualquier caso, veremos nuestra población reducida si todo sigue por el mismo camino y no aprendemos a proteger los ecosistemas.

¿Cómo proteger la biodiversidad y los ecosistemas de su destrucción? 

Si queremos frenar la destrucción de la biodiversidad, la solución pasa necesariamente por hacer un llamamiento social y tomar conciencia de la peligrosa situación a la que nos enfrentamos si no hacemos por implantar cambios en la manera en la que nos relacionamos con nuestro entorno. Además, si queremos tener en cuenta otros factores como el económico, podemos hablar también en cifras. Está más que demostrado que requiere una inversión  mayor intentar recuperar un ecosistema dañado que protegerlo desde un principio. Incluso teniendo en cuenta que bajen las ganancias por no explotar una determinada zona, seguirá siendo más rentable que intentar recuperarla luego.

La manera en la que desarrollamos la agricultura, la pesca o la silvicultura, debe ser analizada y optimizada para la conservación de la diversidad. Además, estos sectores dependen directamente de la biodiversidad, por lo que a largo plazo, deben ser los más interesados en su protección.

Otro aspecto de vital importancia es la declaración de espacios protegidos. En ese sentido, sería urgente eliminar ciertas subvenciones que fomentan la sobre-explotación y buscar otras alternativas de producción como por ejemplo las energías renovables.

Sabemos cuáles son los principales generadores de cambio. Es necesario enfrentarnos a ellos. Y no se trata de eliminarlos, sino adaptarlos a la situación actual. Proteger la biodiversidad no es una opción. Es una obligación para la supervivencia. Se ponen en marcha muchas alternativas; la Diputación de Málaga planta cientos de miles de árboles para combatir el cambio climático. Pero es necesario que todos nos sumemos a esta lucha.

La tendencia de la biodiversidad se puede cambiar con voluntad

La mayor parte de los ecosistemas experimentan una disminución de la biodiversidad. Se transforman para usos agrícolas principalmente. Ponerle freno a esta situación es posible. Cientos de científicos en todo el mundo proponen alternativas y soluciones. Algunas de esas soluciones requieren ciertos sacrificios en la forma de vivir. En algunas comodidades asimiladas. Pero con voluntad, aún es posible cambiar esta tendencia antes de que sea demasiado tarde.

Qué es la biodiversidad Cómo proteger la biodiversidad

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