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El CSIC analiza el suelo de Sierra Bermeja para optimizar su reforestación

20 OCT 2021
El CSIC analiza el suelo de Sierra Bermeja para optimizar su reforestación

El estudio, que durará como mínimo un año, trata de evaluar la severidad del fuego, la erosión y las medidas para paliarla

Aún no ha sido extinguido totalmente el incendio y ya se trabaja para la reforestación de Sierra Bermeja. Un fuego que ha sido incluso denominado como de ‘megaincendio’ por la voracidad del mismo tal y como apuntamos en éste artículo. Se trata, además, de un trabajo que hay que hacer con perspectiva, con previsión de tiempo. La Diputación Provincial de Málaga ya anticipó la creación de un fondo de 8 millones de euros para la zona devastada por el incendio, pero hay más trabajos para la recuperación de la masa forestal.

Científicos del CSIC

Según adelantaba este artículo de La Opinión de Málaga, un equipo de científicos del Centro Nacional Instituto de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria del CSIC (INIA-CSIC), en coordinación con la Universidad de Évora (Portugal), han iniciado un estudio experimental en Sierra Bermeja para determinar el grado de erosión del suelo, así como los problemas de reforestación que presenta este entorno natural después del paso de las llamas.

«Hemos puesto un dispositivo experimental para evaluar la erosión, evaluar cómo ha sido la severidad y qué medidas se pueden hacer para paliarla», explica a este periódico Javier Madrigal, científico titular del INIA-CSIC.

Tres estadíos de afectación

Los trabajos consisten en la identificación de una serie de parcelas en varios puntos de la zona de Sierra Bermeja más cercana al Valle del Genal para identificar los distintos grados de afectación del suelo. «Van a ser réplicas en zonas con poca afectación o sin quemar, fuera del perímetro del incendio o dentro pero que no hayan sufrido ningún tipo de daño, que las ha habido. Después otras zonas de baja severidad, donde el fuego ha pasado por la vegetación superficial y no ha afectado mucho a las copas de los árboles ni al suelo, y otras zonas de alta severidad donde ha habido consumo total de la vegetación, tanto de la superficie como de las copas de los árboles».

Gran afectación del suelo

La virulencia e intensidad del fuego arrasó aproximadamente 10.000 hectáreas de Sierra Bermeja. Con este estudio se busca identificar qué zonas necesitarán de una estrategia externa para regenerarse y cuáles lo conseguirán de forma natural. Según las primeras observaciones de este equipo de científicos, en Sierra Bermeja se darán ambos casos.

«En zonas de alta severidad ya están viendo los compañeros muchísimos problemas de erosión. Se ha consumido prácticamente toda la materia orgánica y con las pocas lluvias que han caído se están viendo grietas en el suelo que indican que la erosión va a ser importante», explica Madrigal.

El problema de la peridotita

No deja de ser curioso cómo una de las características que hacían único parajes como Los Reales, con un bosque de pinsapos sobre peridotitas es lo que va a provocar mayores dolores de cabeza. La peridotita es una roca con mayor presencia de materiales pesados que las más habituales. Esto hace que pueda afectar a las plantas después de haberse quedado sin la protección de la materia orgánica que la cubría. 

«Ya estamos viendo que ese suelo está totalmente expuesto con lo cual hay que pensar que vamos a tener zonas de alta severidad con problemas de regeneración, no solamente por pérdida de materia orgánica sino por la toxicidad del propio suelo que tiene metales pesados de manera natural. Creemos que tendrían que tomarse medidas urgentes para evitar la pérdida de suelo».

Intervención en la zona

Una de las medidas más idóneas, según este investigador del INIA-CSIC, es el «mulching» o acolchado, esto es, añadir paja o astilla sobre las zonas afectadas para que cuando llueva, las gotas de lluvia no lleguen al suelo y no lo arrastre hacia cotas más bajas. Se trata de una técnica que ya se está empleando en el perímetro quemado en el incendio de Navalacruz, en Ávila.

Evitar el arrastre del suelo es también muy importante para proteger las zonas urbanas y costeras, hacia donde se pueden desplazar las cenizas y los sedimentos. «Es previsible que con las próximas lluvias de otoño se empiece a ver en playas bastante cenizas, sobre todo de la ladera de Estepona, que ha ardido con mucha severidad», vaticina Madrigal, que señala otras posibles consecuencias como taponamientos de salidas de agua que puedan generar inundaciones locales, el aumento de sedimentos en ciertas zonas y la necesidad de regenerar algunas playas a medio plazo.

En cualquier caso, los avances y conclusiones de este estudio experimental se incluirán en la redacción de los planes de emergencia de reforestación que iniciará la Administración regional una vez finalicen las tareas de liquidación del fuego, que se prolongan ya casi un mes.

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